Boletín N° 13.827-19
Presidente, los avances de la ciencia y la tecnología encierran necesariamente un riesgo, e impactan a las sociedades de una manera muchas veces poco previsible.
La vorágine que actualmente se esta produciendo por avanzar en la neurotecnologìa, que actualmente esta siendo impulsada no solo desde la ciencia de investigación, sino que también por gobiernos y grandes corporaciones privadas, con inversiones millonarias, nos estan demostrando la magnitud que tendrá en la aplicación práctica el poder controlar el entramado neuronal e incidir con ello directamente sobre el comportamiento humano.
Esta claro que como toda ciencia, su valor para la sociedad estará dado por el uso que se le quiera otorgar, pudiendo resultar un avance enorme en temas médicos, pero por otro lado, preocupa la forma en que pueda afectar o enfatizar inequidades o derechamente conculcar la voluntad humana.
Claramente Presidente, hoy en día estamos frente a una realidad aterradora de la cual no podemos conocer la magnitud de la afectación de derechos humanos que la neurotecnologìa pueda traer.
Es un hecho concreto que la neurotecnología, esta siendo ya utilizada a través de implantes cocleares para la sordera, los estimuladores de médula espinal para tratar la enfermedad de Parkinson, las tecnologías para apoyar a personas con discapacidad motora, etc.etc, pero sabemos tambien que estos mismos mètodos permiten el acceso a la información mental de las personas y la posibilidad, por ende, de su manipulación externa.
Por lo tanto, y tal como lo plantean los autores de esta mociòn, esta realidad debe encender una alarma no sólo desde la ética, sino también, de cómo se van a reestructurar las reglas sociales de convivencia y de cómo se van a proteger los derechos humanos esenciales y anteriores a lo que pueda ser el desarrollo vertiginoso de las tecnologìas.
Hoy dìa se nos abre una nueva dimensiòn en el àmbito legislativo Presidente, desde ya, debemos ser capaces de evitar que la tecnología, por ejemplo, de aumentación de la capacidad cerebral, ponga en jaque la dignidad de las personas en la sociedad toda, ya que esto vendrà a repercutir en todas las áreas del quehacer humano.
Estoy completamente de acuerdo en que el desarrollo científico y tecnológico y sus amenazas a la humanidad, requiere que el mundo de los derechos humanos enfrente decididamente estos riesgos y desarrolle nuevos derechos humanos acordes a esta nueva realidad.
Apoyo la presente mociòn, con el objeto de reformar la constituciòn contemplando este nuevo derecho de protección a la integridad e indemnidad mental frente al vertiginoso avance de las neurotecnologías.
He dicho Presidente.