Boletín N° 12.702-34.
Presidente, desde hace ya una década aproximadamente que las mujeres vienen siendo un aporte importante a las familias de nuestro paÍs.
De hecho, según el Censo de 2017, en Chile existian 5,45 millones de hogares y de ellos el 39,4%, equivalentes a 2,15 millones, declaró a una mujer como jefa de hogar.
Por otro lado, según los registros de Sernapesa, actualmente se registran aproximadamente 21.000 mujeres inscritas en el Registro Pesquero Artesanal, de las cuales el 80 por ciento se declara como jefa de hogar.
Sin embargo, en la pesca artesanal chilena, las mujeres han permanecido como una realidad subyacente, invisibilizada, con escaso acceso a la toma de decisiones y por lo tanto, tambièn a los recursos.
Asimismo, las prácticas laborales que median entre el mar y la tierra, como las desconchadoras, charquedoras, ahumadoras, saladoras y comercializadoras, se asocian al trabajo de cuidados y por lo tanto son la parte sumergida y no reconocida de la economía pesquera artesanal.
Es un hecho real también, que la discriminación de género en las actividades productivas han aumentado la pobreza y la precariedad del sector femenino en la pesca artesanal; situaciòn que ya es tiempo de mejorar atendido el importante rol que la mujer esta desempeñando en el sector y en la realidad de los hogares chilenos.
Sabemos que desde el año 2002 en que se realizò el primer censo diferenciado por sexo, se ha avanzado en visibilizar la presencia femenina en la pesca artesanal, aumentando el número de asociaciones de mujeres en todo Chile, sin embargo la regulación pesquera sigue orientada exclusivamente a la captura y extracción desde la lógica del trabajo masculino, excluyendo, limitando y obstaculizando el acceso de las mujeres a instancias de poder.
Por todo lo anterior Presidente, y por la realidad que actualmente enfrentan nuestras mujeres en el país como jefas de hogar y de su rol cada vez más preponderante en el sector pesquero artesanal, es que la política pesquera nacional y la política nacional de acuicultura deben favorecer la igualdad de derechos y de oportunidades entre hombres y mujeres dentro de este sector, otorgando a nuestras mujeres jefas de hogar la posibilidad de desenvolverse en un ambiente laboral inclusivo, que les permita seguir siendo el sustento de sus hogares sin discriminaciones arbitrarias y pudiendo también formar parte de los órganos sectoriales de la pesca artesanal.
Pido a mis colegas la aprobación de este Proyecto y de las modificaciones introducidas por el Senado, pues están en la línea de lo planteado por las organizaciones de mujeres del sector.
He dicho,