El claro acento en la protección de los ingresos, la creación de empleos y la capacitación, contenidos en la propuesta de Presupuesto de la Nación para 2021, da cuenta de uno de los sectores donde la crisis sanitaria ha causado mayores estragos.
Y es que el coronavirus ha golpeado fuerte la salud de Chile, pero también su economía, las arcas fiscales y, más directamente, el empleo. Entre abril y julio de este año se perdieron un millón 800 mil puestos de trabajo. Realidad catastrófica que marca un retroceso de al menos 10 años en todo lo que se había logrado en materia de empleabilidad.
Por eso son valorables las señales que se han dado estos días. La primera, la puesta en marcha del Plan de Subsidios para la Creación y Recuperación del Empleo, cuya postulación se inició la semana pasada, y que tiene por objetivo recuperar al menos un millón de esos puestos de trabajo perdidos.
Es una medida oportuna, de esas que estoy siempre llano a apoyar. Es el tipo de medidas que el país y el mundo del emprendimiento necesitan para reactivar la economía y apoyar a las familias que están sufriendo.
Se suma la Ley de Presupuesto, que da en el clavo con cada uno de los acentos para tratar de salir de esta espiral peligrosa que inició el estallido social de octubre del 2019 y que terminó por reventar con la actual crisis sanitaria. Considera un incremento de 9,5% del gasto público, y destaca la protección de ingresos, capacitación y empleo con $2.258.180 millones y un crecimiento de 416,4% respecto al actual periodo.
En salud el aumento también es fuerte con un alza de 8,9%, lo que se traduce en $10.032.719 millones, con énfasis en la atención secundaria y terciaria ($6.494.565 millones) y primaria ($2.324.664 millones).
Todo esto es parte de un esfuerzo titánico que ha sobreexigido a las arcas fiscales que, a estas alturas, oscilan en un delicado y frágil equilibrio. A tener presente: sólo entre abril y julio, el gasto público para enfrentar la pandemia fue de 2 mil 176 millones de dólares, equivalente al 0,86% de nuestro PIB. En ese mismo lapso, los ingresos del Estado por impuesto cayeron en $4.300.448 millones, en tanto que el endeudamiento para contrapesar la caída tributaria y el mayor gasto creció en $6.734.967 millones.
Bernardo Berger Fett
Diputado