BERNARDO BERGER

INTERVENCIÓN EN SESIÓN ESPECIAL MARTES 22 DE SEPTIEMBRE. “ANALIZAR EL FUNCIONAMIENTO DE LAS INSTITUCIONES Y POLÍTICAS PÚBLICAS EN LA PROTECCIÓN DE NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES, EN PARTICULAR, DEL SISTEMA PENITENCIARIO Y POST PENITENCIARIO, LAS POLÍTICAS E INSTITUCIONES ESTATALES EN MATERIA DE INFANCIA Y ADOLESCENCIA”

Presidente, me preocupa que estemos sosteniendo esta sesión especial, en circunstancias de que ya pasamos por largas sesiones en que tuvimos a la vista el informe de la Comisión Sename I y el Informe Jeldres, luego en julio de 2017 tuvimos a la vista el informe Nº 2 de la comisión investigadora, y no logramos mucho con ello.

En abril de 2018 aprobamos la ley Nº 21.090 que creó la Subsecretaria de la Niñez; luego en junio de este año aprobamos la ley que crea el Servicio Nacional de Protección a la Niñez y que termina con el Sename.

Vale decir, que harto se ha trabajado para crear políticas públicas e institucionalidad estatal lo suficientemente robusta para operar en esta materia. Sin embargo, me parece que a pesar de ello, hemos errado el foco central del problema.


Valoro sobremanera que uno de los principales cambios del Servicio Nacional de Protección de la Niñez será que el sujeto de atención no solo será el niño, sino también su familia, con foco en el interés superior del menor, y en la reparación y restitución de sus derechos.


Soy un convencido Presidente, que el problema de la vulnerabilidad de los derechos de nuestros niños y la violencia que se ejerce en la mayoría de ellos, radica fundamentalmente en la destrucción del núcleo principal de protección a ellos, que es la familia.


No quiero ser negativo ni criticar esta sesión especial, pues creo que siempre es bueno analizar estas situaciones. Sin embargo, creo que las herramientas y la institucionalidad estatal para empezar a trabajar esta ya creada.


El problema principal en nuestro país, y la razón por la cual no hemos logrado superar este flagelo se debe a que nuestro actual sistema de protección especial de derechos de nuestros niños en situación de calle vulnera su derecho fundamental a vivir en familia. A diferencia de la tendencia mundial, nuestro sistema viene caracterizándose por un marcado intervencionismo estatal en la esfera de protección, en lugar de programas destinados a fortalecer y proteger las familias de estos niños. Tenemos una robusta institucionalidad, sin embargo, no hemos logrado superar las cifras de niños muertos por violencia intrafamiliar y el número de adolescentes delinquiendo producto de una deficiente estructura familiar o de pobreza extrema.


Este sistema ha permitido vicios en su funcionamiento, como la solicitud de medidas de protección para preparar juicios futuros de índole no cautelar, y la dictación de medidas que, contrariando norma expresa, ordenan el ingreso de niños en situación de calle o vulnerados a sistemas de residencia sin establecimiento de plazos determinados, ni señalamiento de sus fundamentos y objetivos.


Creo Presidente, que hemos errado el foco de atención. Sabemos a ciencia cierta que el Sename se prestó para otros fines, sabemos que se destinaban millones a fundaciones cuyos directorios hacían mal uso de los dineros y no logramos nada, salvo tener niños muertos y graves violaciones de su integridad tanto física como psíquica. Espero que la nueva institucionalidad no caiga en lo mismo.


Nuestra actual constitución política señala a la familia como el núcleo principal de la sociedad, por tanto, es ahí donde debemos actuar. Cualquier otro sistema o servicio estatal no va a lograr reparar el daño original que es el carecer de una familia bien constituida en donde se prodiguen los cuidados necesarios para evitar vulneración de derechos y delincuencia juvenil.


En fin Presidente, me preocupa sobremanera que sigamos gastando cifras estratosféricas en servicios estatales, que si bien son necesarios en la protección de los derechos de los niños, sólo deben obrar subsidiariamente, pues el foco central se encuentra precisamente en el fortalecimiento de las familias, mediante programas de apoyo económico, psicológico y de educación con seguimiento constante y eficiente por parte de la institucionalidad estatal.


En cuanto a la delincuencia adolescente, tenemos falencias gigantescas, pues hemos puesto a los adolescentes que delinquen en el mismo lote de los adultos. Los adolescentes que han delinquido deberían ir a un centro especial de reinserción social, mientras se interviene también a las familias de origen. Llevamos casi 03 años de tramitación del Proyecto de ley iniciado en mensaje que crea el Servicio Nacional de Reinserción Social Juvenil, y recién en marzo de este año logró iniciar su discusión en la comisión de constitución de la cámara.

Espero, Colegas, podamos darle una tramitación mas expedita a este Proyecto de Reinserción Social Juvenil.

Por lo tanto Presidente, espero que en esta sesión especial logremos llegar a acuerdos concretos, cambiando el foco de atención, tal como lo he planteado, para que la robusta institucionalidad con la que ya contamos logre realizar un trabajo eficiente con foco central en el apoyo directo e integral, tanto a las familias de origen, como a los menores, habida consideración de que el actual sistema y las actuales políticas no han sido efectivas en la lucha contra el flagelo social de nuestros menores mas vulnerables.


He dicho.

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