BERNARDO BERGER

Ley Nacional del Cáncer

En forma unánime la Cámara de Diputados aprobó, en su último trámite legislativo, el proyecto que crea la Ley General del Cáncer, que desde 2018 se tramitaba, dejándolo listo para ser promulgado por parte del Ejecutivo.

Era un proyecto sumamente urgente, pero no fácil. Porque en estos dos años se buscó asegurar un marco jurídico que no fuera sólo simbólico, sino que reflejara la realidad nacional; pero más importante, que entregara un paraguas de herramientas, facultades y prerrogativas para enfrentar una de las patologías que más mortandad provoca en nuestro país, con graves consecuencias sanitarias y sociales.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el cáncer es una de las principales causas de morbilidad y mortalidad en el mundo, y en Chile es la segunda causa de muerte, precedida sólo por las enfermedades al sistema circulatorio y cardiovascular.

La iniciativa, como terminó saliendo desde el poder legislativo, entrega tres instrumentos que serán pilares en la lucha contra el cáncer: crea una red de centros oncológicos a nivel país, fortaleciendo el campo clínico y la investigación; abre un registro nacional de pacientes que permitirá un mejor seguimiento y acompañamiento de casos; e instaura y garantiza un fondo de financiamiento para que todos los aspectos que implica llevar a terreno las medidas y disposiciones de la ley, no queden solo en el tintero de las buenas intenciones.

Personalmente me siento satisfecho y contento de haber apoyado este proyecto. Y es que resultaba esencial para Chile legislar un marco regulatorio que asegurara pilares fundamentales en el trabajo para prevenir, diagnosticar, tratar y acompañar a quienes sufren esta descarnada enfermedad.

Estos elementos o pilares esenciales, siento yo, quedaron bien recogidos en la norma, tales como la potestad de suscribir convenios, instancias de coordinación o participación pública-privada, la obligación de diseñar, ejecutar y evaluar programas de prevención de los factores de riesgo; pero también abordar los efectos globales del estrés emocional que genera esta enfermedad.

En definitiva, el despacho de la iniciativa es relevante por cuanto va a permitir una mejor intervención, planificación, desarrollo y ejecución de políticas, programas y acciones destinadas a establecer las causas y prevenir el aumento del cáncer, y tratamientos y seguimientos más adecuados e integrales para quienes padecen esta enfermedad.

Bernardo Berger Fett
Diputado

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