BOLETÍN Nº 12.118-04.
MODIFICACIONES DEL H. SENADO.
Presidente, sabemos de sobra que este proyecto de ley busca materializar una reforma constitucional del año 2013, el cual ya debiéramos haber aprobado.
También sabemos que es una realidad indiscutible que la educación parvularia de calidad trae efectos positivos en el desarrollo futuro de un niño, especialmente para quienes provienen de hogares más vulnerables.
Esta más que comprobado que las intervenciones tempranas basadas en interacciones estables y sensibles que enriquecen el proceso de aprendizaje durante los primeros años de vida, contribuyen a un desarrollo integral y adecuado, disminuyendo significativamente las brechas que se producen desde la cuna.
Es por eso Presidente, que la educación parvularia juega un papel crucial en la transformación de la sociedad, permitiendo que el origen socioeconómico no sea determinante en la trayectoria educativa.
Sin embargo, y tal como lo indican los antecedentes del Presente Proyecto de Ley, a pesar de la abundante evidencia científica, en nuestro país uno de los mayores obstáculos para atraer a más niños a la educación parvularia es de carácter cultural. Así lo muestra efectivamente la encuesta Casen 2017, la cual indica que un 62% de los encuestados con hijos entre 4 y 5 años señala no enviarlos a la educación parvularia pues los cuidan en el hogar; en tanto que un 10% responde que no le parece necesario que asistan a esa edad, pues lo consideran como un servicio de cuidado y no como uno educativo. Lamentable realidad Presidente, pues como ya he indicado, la educación parvularia juega un rol crucial en la transformación de la sociedad.
Es por ello que resulta lamentable que el Senado haya eliminado el carácter obligatorio de las disposiciones de este proyecto para poder ingresar a la educación básica, porque así, va a ser mucho más difícil que nuestra sociedad avance en forma igualitaria, disminuyendo las brechas de aprendizaje y emparejar la cancha.
He dicho Presidente.