Boletín N° 9304-07
Presidente, estamos todos de acuerdo con que la forma en que se regula las dietas parlamentarias es incoherente con la diferenciación de la función que cumple la Constitución y la ley.
La Constitución Política de la República, siendo la norma de mayor rango del ordenamiento jurídico de una sociedad, regula los aspectos fundamentales de la vida política, los principios que la rigen y las grandes estructuras del Estado, por lo tanto, es ilógico , absurdo, que una materia como es la de fijar los salarios se regule por vía constitucional.
No obstante, el presente proyecto se ajusta al conjunto de demandas ciudadanas que se han señalado como causas del estallido social ocurrido en el reciente mes de octubre del año pasado, debido a la rabia socialmente acumulada por la profunda desigualdad que se constata en el país.
Por ello es que nuestros compatriotas han puesto su descontento en un sector más bien reducido de autoridades públicas y privadas que acceden a remuneraciones que se han estimado disconformes con la realidad de la ciudadanía.
Una materia como esta debe necesariamente ser sometida a las etapas de la formación de la ley y a una constante re-evaluación de las circunstancias por las que se encuentre atravesando nuestra sociedad.
Asimismo la creación de una Comisión de rango constitucional, integrada por ex altos directivos del Estado, nombrados por el Presidente de la República, con acuerdo de los dos tercios de los senadores en ejercicio me parece que puede representar un buen mecanismo para determinar las dietas cada cuatro años mediante acuerdos que sean públicos y transparentes y fundados en antecedentes altamente técnicos garantizando una retribución adecuada a la responsabilidad del cargo y la independencia para el cumplimiento de sus funciones y atribuciones.
Por otro lado Presidente, quiero aprovechar esta instancia para hacer presente que además de modificar la forma en que se regulan las dietas parlamentarias, es hora de regular también el grado de preparación e idoneidad, elevando las exigencias, para el cargo de parlamentario.
Debemos recordar que estamos representando al poder legislativo, y que quien no tenga los conocimientos y la formación mínimos para poder ejercer el cargo de buena forma, idonea y profesionalmente, no puede estar sentado en este congreso representando los intereses de todos los chilenos. Es precisamente en ese sentido que recientemente ingresé un proyecto de ley para que se regule esta materia que bien podría complementarse en esta iniciativa aprovechando la oportunidad.