Para nadie es un secreto que la mayoría de la bancada de diputados de Renovación Nacional, incluyéndome, estamos por Rechazar para Reformar nuestra Constitución Política.
Rechazamos una “hoja en blanco” que deja un camino largo, lento, inestable, incierto y caro, que no responde al sentido de urgencia que demandan los chilenos. Rechazamos para asumir con libertad, compromisos de cambio concretos, conocidos por la ciudadanía, con una reforma gradual que canalice soluciones y no más problemas.
Y pedimos el apoyo a la opción “Rechazo”, para que tras el plebiscito, nos dediquemos a hacer los cambios con reformas sociales, constitucionales y legales necesarias ahora y no en tres, cuatro o 10 años más.
Para eso hemos venido trabajando en un paquete de reformas que apuntan a una sociedad más solidaria, inclusiva y humana, poniendo la dignidad de la persona por delante y exigiendo del Estado deberes sociales concretos, reformas institucionales reales y metas constitucionales en favor de la inclusión de grupos postergados.
Nos hemos inspirado para ello en referentes exitosos de reformas graduales y responsables como la Constitución de Alemania, Colombia, Francia e Italia.
En lo sustancial, proponemos más y mejores derechos y deberes del Estado: con una previsión digna; derecho a una salud integral y oportuna; más orden público y seguridad personal; una protección real de las personas, las familias y las comunidades ante el narcotráfico y las redes delictuales; educación con acento en la calidad; el participar en un desarrollo sustentable; y garantizar la cada vez más creciente necesidad del derecho humano al agua.
También queremos más democracia, y proponemos para ello un Estado solidario, con régimen semi-presidencial de gobierno, enfatizando la condición Unitaria y Descentralizada con acento en las regiones y su desarrollo integral y preferente; un tribunal Constitucional moderno y transparente, y un sistema de orden público económico que sancione los abusos y los monopolios.
Vamos por el rechazo porque queremos más y mejor inclusión de todos los chilenos y chilenas: el fin a todo tipo de discriminación; igualdad plena entre hombres y mujeres; un reconocimiento efectivo y concreto a los pueblos originarios; la infancia y la maternidad como prioridad nacional; queremos promover un envejecimiento positivo; y la valoración real e integración efectiva de las personas con capacidades diferentes en todos los ámbitos de la vida nacional.
Bernardo Berger Fett
Diputado de la República