BERNARDO BERGER

Reconocimiento a ciudades de rutas navegables

Durante décadas Valdivia ha visualizado su desarrollo asociado a esa extensa carretera de aguas que son sus ríos urbanos. El potencial de conectividad vial es innegable, así como la oportunidad única de soñar con un sistema de transporte público intermodal que conecte a las personas por agua. 

Pero dos al menos han sido siempre las piedras de tope: ausencia de un reconocimiento explícito del Estado a modelos fluviales urbanos y de transporte; y una legislación deficiente a la hora de facilitar la navegación fluvial y, menos aún, el transporte público de pasajeros. 

Confabula en estas dificultades el excesivo centralismo… Desde Santiago es difícil que los sucesivos gobiernos comprendan todo el potencial instalado en ciudades que conviven y se retroalimentan de sus aguas. Como decía cuando era alcalde: Si el Mapocho fuese navegable, la navegabilidad fluvial estaría acuñada hace rato en el Escudo Nacional. 

Reconozco que ha habido en estos años buenas intenciones, algunas ideas. Incluso proyectos que ingresaron pero que ahí quedaron, durmiendo. Y mientras, seguimos imposibilitados a la hora de querer echar mano al bolsillo fiscal. Por eso hace unos días le planteé al Presidente Piñera una idea en forma de iniciativa legislativa que tiene varias partes, y la primera es que se reconozca la calificación de “ciudades de rutas navegables” a aquellas comunas que en sus instrumentos de planificación -como Valdivia, Río Bueno o Maullín- han visto en la relación con sus vías fluviales una alternativa de desarrollo. 

Asimismo, propone crear un Fondo Nacional y/o partidas de inversiones permanentes para dichas comunas en conectividad, mantención de cursos de navegación y transporte público fluvial y /o intermodal que incorpore el uso de los ríos. 

Finalmente, modifica la Ley Espejo –originada como compensación a las regiones por el gasto del Transantiago- para incorporar en ella una partida especial de financiamiento de iniciativas en transporte público fluvial y/o intermodal. Como “La Espejo” no precisa la posibilidad de invertir en transporte fluvial, se ha entrampado su uso pese a ser la herramienta ideal para este propósito. 

El proyecto en cuestión será votado dentro de las próximas semanas en la Cámara de Diputados. Personalmente confío en que será el punto de inflexión -el empujón, por así decirlo-, que la navegabilidad urbana espera para ciudades como la nuestra y otras en lista de espera.


Bernardo Berger Fett
Diputado de la República

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