“Las señales son importantes”. Viejo dicho en política que refiere al impacto de las formas y su concordancia con los mensajes. Ello a propósito del proyecto de ley que presentamos varios diputados de Renovación Nacional entre los que me cuento, para poner atajo, o al menos sancionar como se merece, el crimen creciente de quemar e incendiar la propiedad ajena en nuestros campos y bosques.
El proyecto aumenta las penas aplicables ante los delitos de incendios intencionales, entre los que figuran los ataques de tinte terrorista como los que hemos venido sufriendo en la región y que han dejado graves daños materiales a las personas, a las fuentes de trabajo de cientos de familias, y que han sembrado el miedo sistemáticamente en las comunidades.
Es que seamos claros: las sanciones contempladas en el Código Penal no solo están desactualizadas respecto a la fuente del delito, sino también se quedan cortas ante la magnitud y devastación psicosocial, económica, ambiental, incluso cultural, a consecuencia de estos hechos.
Las modificaciones postulan castigar desde presidio perpetuo a presidio perpetuo calificado a quienes causen la muerte de personas como resultado de incendiar inmuebles, vehículos, predios o cualquier lugar. Y aunque no haya muerte, si se generasen mutilaciones o lesiones graves, la pena será la misma. En tanto, la quema intencional de hogares, iglesias, lugares no habitados, incluso bosques, pastizales, cerros o cultivos, recibirán desde presidio mayor en su grado medio (10 años y un día a 15 años de cárcel) a presidio mayor en su grado máximo (15 años y un día a 20 años).
También extiende las sanciones a quienes sean aprehendidos con artefactos, implementos o preparativos para incendiar, con presidio menor en sus grados medio (541 días a tres años) a máximo (tres años y un día a cinco años), sin perjuicio de otras agravantes a la vista.
Como las señales importan, espero que el Ejecutivo se haga parte de este proyecto, con la idea de sumar a la verdadera batalla que estamos librando contra la violencia organizada en el sur de Chile.
Como las señales importan, me reuní también con el subsecretario de Interior Rodrigo Ubilla para analizar este problema junto al sector privado, y lo dejé invitado a la región en lo próximo para reforzar el acompañamiento del Ejecutivo en esta zona. Son señales… y acciones.
Bernardo Berger Fett
Diputado de la República