Chile tiene una larga e íntima historia con los desastres naturales. Varios forman parte de la memoria colectiva. Han marcado generaciones completas. Han puesto a prueba la entereza del país, la capacidad de levantarse, de reconstruir y seguir con la vida.
Los cataclismos que nos han azotado también han puesto a prueba la solidaridad nacional, la capacidad de respuesta del mundo público y privado; nos han obligado a cambiar nuestra forma de pensar, de reaccionar y organizarnos.
Bien sabe de esto mi región y mi ciudad Valdivia, que el 22 de mayo de 1960 se ubicó en el mapa mundial como epicentro del terremoto más grande del que conoce la historia. El cataclismo nos cambió a todos quienes lo sufrimos, y marcó el futuro y el temple de la ciudad de los Ríos.
Por eso, celebro y me adhiero al proyecto de ley que en el día de la conmemoración del terremoto de Valdivia, propone rendir homenaje a millones de chilenas y chilenos que durante generaciones hemos enfrentado la furia de la naturaleza y hemos sido capaces de seguir adelante.
Bernardo Berger Fett
Diputado de la República