El Presidente Piñera nos ha planteado esta semana un camino hacia un Chile más acorde a las nuevas necesidades del mundo del trabajo, de la familia y de las sociedades del siglo XXI, en el marco del proyecto de Modernización Laboral, cuyo análisis legislativo empezaremos en unos días al interior del Congreso Nacional.
El proyecto viene a ayudar a compatibilizar el trabajo, la vida familiar y la inclusión, con una serie de beneficios y garantías para los trabajadores de nuestro país, para que puedan flexibilizar horarios y días laborales, regular el trabajo a distancia, además de promover las políticas de género y la capacitación.
Propone entre otras cosas ajustar la jornada mensual a 180 horas, las que podrán ser distribuidas de forma diferente cada semana, siempre y cuando sean menos de cuatro días y no más de seis. Con esto una persona podrá convenir con su empleador, por ejemplo, trabajar de lunes a jueves, y compartir con sus seres queridos o dedicar tiempo a otras actividades de viernes a domingo.
La propuesta además contempla pactar semestral y/o anualmente las jornadas de forma colectiva para adecuarlas a las necesidades particulares y metas de trabajadores y empleadores; convenir alternativas de horario de inicio y término de jornada; regularizar el trabajo en eventos extraordinarios, ocasionales o no permanentes; pone en la mesa normas que perfeccionan la ley de inclusión y de género; fomenta la educación y la capacitación.
En síntesis, un proyecto vanguardista que viene a responder al debate y a las demandas de los nuevos tiempos, una oportunidad de mejorar la relación familia-trabajo-tiempo, y cuyo éxito dependerá especialmente del compromiso personal de todos los actores para optimizar la productividad en una jornada más reducida, flexible y moderna.
Bernardo Berger Fett
Diputado de la República